jueves, 28 de marzo de 2013

Real madrid C-Real Oviedo

EL REAL OVIEDO MERECE MAS EN VALDEDEBAS


Real Madrid C, 1; Real Oviedo, 1

ALINEACIONES:
Real Madrid C: Rubén; Joel (Kamal, minuto 67), Derik, Dani Suárez, Llorente; Barril (Ramírez, minuto 72), Álvaro López (Álvaro Medrán, minuto 76), Omar, Burgui; Aguza y Sobrino
Real Oviedo: Orlando Quintana; David Fernández, Mantovani, Baquero, Cantero; Casares, Aitor Sanz (Héctor Simón, minuto 70), Iván Rubio, Pepe Díaz (Iker Alegre, minuto 62); Manu Busto (Xavi Moré, minuto 62) y Diego Cervero

ÁRBITRO:
Varón Aceitón, perteneciente al comité Balear. Amonestó a los madridistas Joel y Rubén y a los oviedistas Pepe Díaz y Aitor Sanz.

GOLES:
1-0, minuto 51: Burgui, de disparo raso, desde la frontal del área
1-1, minuto 85: Cervero, de penalti

INCIDENCIAS:
Encuentro correspondiente a la trigésimo primera jornada del campeonato de Segunda B disputado en el campo número 7 de las instalaciones deportivas del Real Madrid, en Valdebebas, ante cerca de 300 espectadores, de los cuales la mayoría eran seguidores del conjunto azul. Mañana soleada. Césped en buen estado. El secretario del Consejo de Administración del Real Oviedo, Antonio Mijares siguió el partido desde el Palco Presidencial junto al presidente del Real Madrid, Florentino Pérez. El conjunto carbayón vistió totalmente de color azul.


El Oviedo regresó de Valdebebas con la sensación de que se había dejado en Madrid dos puntos. El empate ante elMadrid C sabe a poco a la expedición azul tras haber sido muy superior al segundo filial merengue, sobre todo, en una segunda mitad en la que el equipo de Granero no supo definir las ocasiones que tuvo en la portería de Rubén y que protestó la anulación de un gol legal a todas luces de Diego Cervero.
El técnico azul ya había anunciado en su comparecencia el pasado martes que no descartaba algunas alternativas en el once inicial con respecto al equipo que había derrotado al Zamora en el Carlos Tartiere. Y así fue. Iván Rubio se quedó en el once pero para jugar de mediocentro junto a Aitor Sanz. David Fernández ocupó el lateral derecho y Xavi Moré comenzó el partido en el banquillo quedándose Pepe Díaz con su lugar en la alineación aunque actuando en el costado izquierda.
Los primeros 45 minutos resultaron poco vistosos para el espectador, con un Madrid C que buscaba construir ante una presión bien asfixiante de un Oviedo que buscó el balón en largo como recurso principal del primer acto. Las únicas ocasiones de peligro fueron del Oviedo, las tres a balón parado y todas ellas en las botas de Manu Busto en un intervalo de 12 minutos, entre el 20 y el 32. Las dos primeras, desde la frontal del área, se marcharon fuera y muy cerca de la escuadra derecha de la portería de Rubén. La tercera, más escorada a la izquierda, la atajó con algún apuro el meta madrileño. Entremedias, se reclamó penalti por una presunta mano dentro del área merengue aunque el balón impactó en el pecho de Dani.
Con el 0-0 al descanso, la segunda mitad iba a comenzar con el primer disparo a portería de los locales y que suponía el primer tanto del encuentro. Tras una buena jugada por la banda derecha, la defensa del Oviedo pecó de poca contundencia y Burgui se sacó un derechazo desde la frontal del área que ajustó al palo izquierdo. La buena estirada de Orlando Quintana fue en balde y el 0-1 subía al marcador a los 51 minutos.
Lejos de venirse abajo, el Oviedo se puso el mono de trabajo y tres minutos después conseguía igualar el choque. Al menos eso pensaba la numerosa parroquia carbayona hasta que Varón Aceitón, de tan destacados apellidos como de mal arbitraje, anuló el tanto legal de Diego Cervero tras un pase de David. El colegiado balear se dejó aconsejar de forma errónea por su asistente.
Superado el minuto 60, Granero optó por mover el banquillo. Pese a la destacada labor de Manu Busto, el valenciano decidió retirarlo junto a Pepe Díaz y dar entrada a Iker Alegre y Xavi Moré. Y es justo decir que el Oviedo mejoró, fue a más y las entradas por bandas fueron una constante durante última media hora de partido.
Y con las entradas por bandas, principalmente por la derecha, llegaron ocasiones clamorosas que el equipo carbayón fue incapaz de transformar. Xavi Moré disparó cruzado dentro del área a los 69 minutos, el balón se paseó por la línea de gol sin que Casares llegase a rematar. El andaluz, un minuto después, hizo que Rubén tuviese que lucirse para evitar el empate.
Igualada que llegaría a falta de 5 minutos para el final. El lateral Llorente repelió un disparo de David Fernández con el codo derecho y, esta vez, Varón Aceitón si acertó señalando la pena máxima. Cervero no dudó y engañó con su lanzamiento al guardameta local.
Desde ahí y hasta el final, el Oviedo acrecentó su dominio e intentó un acoso y derribo a la portería madrileña aunque todos los intentos se quedaron en nada.





Punto muy importante el conseguido esta mañana por el Real Oviedo para asegurar su puesto en la promoción de ascenso ante uno de sus perseguidores más en forma. Sin embargo las sensaciones más positivas no se dieron en el resultado, que pudo ser más favorable, sino en el juego y en una ambición por la victoria a la que no nos tenía acostumbrados en los partidos fuera de casa.
Comenzó el partido con problemas para el acceso de los aficionados visitantes a las gradas, ya que superaron las previsiones del conjunto madridista y no fue hasta ya iniciado el partido cuando pudieron acomodarse en los asientos de una grada completamente teñida de azul.
Salió el Real Oviedo al partido muy concentrado. En esta primera media hora se pudo ver como uno de los cambios más importantes que ha implantado Granero daba resultado, la presión adelantada al balón. El balón era "robado" por unos visitantes que continuamente incomodaron el habitual juego preciosista del filial.
En ataque los asturianos intentaban combinar pero no consiguieron romper las líneas defensivas madridistas y así asistimos a una primera parte sin casi oportunidades.
El Madrid tuvo la suya cuando Aguza en lugar de disparar ante Orlando Quintana decidió buscar a un compañero equivocadamente.
El equipo azul buscó el gol con 3 peligrosas faltas de Manu Busto. La primera se fue fuera por poco, la segunda salió rozando el palo cuando ya se cantaba el gol y la tercera fue detenida por el portero Rubén con una gran estirada.
Se llegó finalmente al descanso con un Oviedo que en los últimos minutos, quizás por el cansancio, buscó jugar más en largo en busca de Cervero. Buenas sensaciones en estos primeros 45 minutos con una defensa muy segura y un ataque sin fluidez pero con querencia por llevar la iniciativa del juego.
En la segunda parte todo cambió a los 5 minutos con el gol de Burgui en la única ocasión de verdadero peligro del filial en todo el partido. Una llegada por banda con disparo es bien despejada por Orlando, el balón llega a la frontal y allí tras un regate, Burgui, consigue un fuerte disparo cruzado ante el que no puede hacer nada el portero visitante.
A diferencia de otros partidos como visitante, el Real Oviedo reaccionó con vigor. La actitud y los cambios hicieron que de aquí al final, los asturianos se volcaran al ataque a por el empate y tras él buscando la victoria.
5 minutos después del gol llegaría la jugada polémica cuando Cervero lograría el empate tras centro de Casares. El árbitro estimó fuera de juego (que no lo era) la posición del ariete y anuló el tanto.
Como decíamos el Oviedo continuó su ofensiva sin desfallecer. Un par de centros a punto de ser rematados por los delanteros y varios disparos de Casares y Moré, uno de ellos clarísimo y que se fue rozando el poste y el pie de un compañero, antecedieron al empate.
Una llegada de David desde atrás hizo que el balón golpeara en la mano de un defensa y el claro penalti fue transformado por Cervero.
Quedaban 5 minutos y aunque los azules lo intentaron hasta el final la suerte no les sonrió y el marcador no sufrió variación.
Buen partido del Real Oviedo en defensa, anulando prácticamente al equipo más goleador de la categoría, y que pudo haber ganado pues gozó de más y mejores oportunidades para llevarse el encuentro.
Destacar el gran partido de Iván Rubio y sobre todo de Cervero que de espaldas a la portería dirigió el juego azul como un centrocampista más.
Empate que deja mal sabor de boca pero de gran importancia en la lucha por el ascenso.





Carlos Granero: “Veo mejora en el equipo” 




-Imagino que se marchará con la sensación de que se pudieron sumar los tres puntos…
-Me queda la sensación de decepción porque hemos sabido jugar y competir muy bien en este partido, generando suficientes ocasiones como para haber conseguir un triunfo. Por un lado me voy decepcionado con el resultado, pero me marcho satisfecho porque el equipo supo captar cómo tenía que jugar para ganarle al Real Madrid C.

-Muy diferente la primera parte y la segunda, especialmente en el número de ocasiones creadas por su equipo
-Quizá haya condicionado un poco el factor del viento, que marcó la forma de jugar de ambos equipos. Es verdad que nos faltó un poco en ataque en el primer tiempo, pero también es cierto que estuvimos bien plantados y organizados en el terreno de juego. No estoy del todo satisfecho, aunque sí que estuvimos a la espera de aprovechar nuestra oportunidad. Era un partido para ser pacientes y así ha sido. Hemos generado ocasiones más claras que el día del Zamora, pero no hemos podido llevarnos la victoria. Vamos a sacar una lectura positiva tanto por el trabajo como por la actitud del equipo ante un gran rival.

-¿Qué era lo que más le preocupaba del conjunto madridista?
-Sabíamos que el Real Madrid C tiene jugadores muy veloces en ataque y que nos podían crear ocasiones de gol si recuperaban el balón en el centro del campo. Es un equipo que se ha ido haciendo a medida que avanzaba la competición e intentamos que no recuperasen en nuestro campo porque su contraataque no podía hacer daño, de ahí que hayamos optado por jugar más tiempo en su campo.

-La segunda mitad de hoy, ¿es lo más parecido a lo que se puede ver del Real Oviedo de Granero?


-Podemos dar mucho más; mi sensación es la de ganar un partido con comodidad y el futbolista se tranquilice o bien sumar pronto los puntos necesarios para la promoción de ascenso. Hoy lo hemos intentado y trabajado, aunque quizá nos falta un poco de tranquilidad para crear las jugadas. Veo mejora en el equipo.

-Quizá haya gente que espera que determinados futbolistas den un paso al frente en este tramo final de competición
-Sí, algunos futbolistas deben levantar el ancla y tienen que darnos más. Ese es mi reto. Hoy hemos crecido como equipo, rayando a un buen nivel e incluso desquiciando a un equipo como el Real Madrid C. A nivel individual quiero que algunos futbolistas den un paso al frente y nos ofrezcan lo mejor que tienen. Ese será nuestro éxito.

-Un partido como el de esta mañana es una buena prueba de cara a la promoción de ascenso…
-El Real Madrid C es uno de los equipos más en forma, yendo de menos a más en la temporada. Es una buena prueba de fuego, aunque tenemos que mirar en nosotros mismos e intentar ser sólidos en cada acción del partido.

-¿Cómo vio el gol anulado a Cervero?
-El gol de Diego es clarísimo y que no hace falta que nadie nos lo comunique. En la primera parte hubo un penalti, tal y como reconoció el defensa del Real Madrid C. En cualquier caso no voy a excusarme en esas dos acciones.

-Por último, el equipo dio la cara en todo momento y fue en todo momento a por el empate
-Ese es un aspecto en el que hemos mejorado y se ha visto esta mañana en Valdebebas. Hemos sabido competir e insistir en las acciones de ataque hasta que conseguimos el punto.


FOTOGRAFIAS: DIEGO CRESPO    @crespacion









domingo, 24 de marzo de 2013

Real Oviedo-Zamora


Remontada azul en el Carlos Tartiere 

El Real Oviedo se impuso 3-2 al Zamora después de un partido en el que se adelantaron los visitantes, que se pusieron 0-2 en el primer tiempo, con dos goles de Sergio García, y en pleno desbarajuste de los locales, que pudieron encajar algún gol más. En el segundo tiempo, con jugadores poco habituales como Iván Rubio y Señé en el campo, los azules le dieron la vuelta al marcador con dos goles de Cervero y otro de Manu Busto.
El Oviedo salió con los previstos, salvo la presencia de Cerrajería en el medio centro como acompañante de Héctor Simón, debido a la baja de última hora de Aitor Sanz. Iván Rubio estuvo en el lateral derecho y David Fernández en el centro, quedándose Mantovani en el banquillo.
Cuando no se había cumplido el tercer minuto de partido, el Real Oviedo sufrió un duro mazazo. Una pérdida de balón en el centro del campo y pase en profundidad para Sergio García, que aprovechó que Orlando Quintana estaba adelantado para superarle por arriba.
El partido se ponía cuesta arriba para los azules. Las urgencias del resultado se sumaban a un equipo cogido con pinzas en su transición al juego que pretende Granero, lo que generaba más inseguridad y dudas en muchas acciones que pudieron costar algún disgusto.
El equipo quería jugar y tener el balón, pero no era capaz. Ni la presencia de Héctor Simón en el centro acababa de dar salida al equipo. Además, las bandas no aportaron desborde, ya que ni Xavi Moré, ni Casares eran capaces de superar a sus marcadores. Así las cosas, la única opción era que Manu Busto encontrara a Cervero en alguna acción aislada.
Un remate de Casares de cabeza, que pegó en un defensa y salió a córner fue la única ocasión del equipo azul en la primera media hora de juego.
Además de no encontrar el camino de la portería contraria, el Oviedo tenía vías de agua en la defensa que cada vez eran más peligrosas y comenzaron a desesperar a la grada, que silbó al equipo en algunas fases del primer tiempo.
Así fue como a dos minutos para el final de la primera mitad, un balón entre los dos centrales azules lo aprovechó de nuevo Sergio García para encarar a Orlando Quintana y batirlo con un tiro cruzado.
Dos acciones aisladas de Manu Busto sirvieron para ver que Sergio Sánchez estaba en la portería zamorana.
El desastre en el que se convirtió el equipo desesperó a los aficionados, que despidieron a los jugadores con una fuerte pitada.
En el descanso, Granero, que a la media hora había puesto a calentar a Pepe Díaz y Mantovani, dejó en la caseta a Xavi Moré para dar entrada a Pepe Díaz, que jugó en la banda izquierda, mientras que Casares pasó a la derecha.
El Oviedo encerró al Zamora en su campo en los cinco primeros minutos, pero el que pudo hacer el tercero fue Sergio García, que no aprovechó un error en el despeje de David Fernández en el área pequeña y sacó el balón por encima del larguero.
Los azules comenzaron a tener un poco más el balón y a combinar en el centro del campo, favorecidos por un cierto bajón físico del Zamora que iba cediendo muchos metros a un conjunto oviedista que mejoraba. Le bastaron dos minutos a los azules, y que se encontraran Manu Busto y Cervero para empatar el partido. En la primera acción, Cervero hizo una pared con el cántabro que aprovechó para batir a Sergio Sánchez. En el siguiente minuto, Manu Busto recibió de Casares, disparó y el rechace del portero lo aprovechó Cervero para hacer el empate.
Las tablas en el marcador dieron paso a un partido nuevo, con un Oviedo que encerró en su campo al Zamora.
Granero agotó los cambios y la pareja de mediocentros pasó a ser Señé e Iván Rubio, con Mantovani de central, David Fernández de lateral derecho.
El Oviedo tenía más combinación en el centro y de un robo en el centro del campo nació el tercer tanto, Señé presionó en el centro del campo, robó Casares que le devolvió el balón y llegó al área, disparó y el rechace en la defensa le cayó a Cervero que anotó el tercero.


ALINEACIONES:
Real Oviedo: Orlando Quintana; Iván Rubio, David Fernández, Baquero, Cantero; Xavi Moré (Pepe Díaz, minuto 45), Cerrajeria (Mantovani, minuto 69), Héctor Simón (Señé, minuto 61), Casares; Manu Busto y Diego Cervero
Zamora C.F.: Sergio Sánchez; Dani Mateos, Ramiro, Santos (Lusamba, minuto 83), Alberto Prada; Javi Rodríguez (Dani Hernández, minuto 60), Nacho Matador, Jacobo, Dani Palacios; Granada y Sergio García (Jorge Hernández, minuto 73)

ÁRBITRO:
Azpilikueta Saldias, perteneciente al comité Vasco. Amonestó a los locales Cerrajeria, Manu Busto e Iván Rubio, y a los visitantes Jacobo y Lusamba. Expulsó por dos amarillas al visitante Nacho en el tiempo de descuento del segundo tiempo.

GOLES:
0-1, minuto 2: Sergio García, desde lejos
0-2, minuto 42: Sergio García, tras pase interior de Nacho Matador
1-2, minuto 59: Manu Busto, tras pared con Diego Cervero
2-2, minuto 60: Cervero, al aprovechar un rechace del guardameta
3-2, minuto 79: Cervero, con la derecha, en el área pequeña




El Oviedo remontó un partido a la desesperada. Los azules, que llegaron a tener dos goles de desventaja en el marcador, se metieron en el partido con dos goles en dos minutos y culminaron su reacción con el tanto de la victoria a falta de once minutos para el final. La victoria deja en un segundo plano las carencias que mostró el equipo azul en todas las facetas del juego, pero en especial en defensa.
El Oviedo fue una caricatura de equipo en la primera mitad, en la que además cometió incomprensibles fallos defensivos que posibilitaron los dos goles del Zamora. Los azules no tuvieron nada, ni juego ni ideas ni profundidad ante un rival que jugó demasiado cómodo y además siempre dio sensación de peligro ante la portería de Orlando Quintana.
El partido no pudo comenzar peor para el Oviedo. Apenas habían transcurrido dos minutos de juego y el Zamora, en la primera jugada de ataque se ponía por delante en el marcador en una jugada de astucia y técnica sorprendiendo a la defensa y al portero azul.
El gol fue una losa para los locales, que durante toda la primera mitad carecieron de todo. A ello se sumó además que evidenciaron una gran fragilidad defensiva, una de las armas de las que habían hecho gala durante toda la temporada en el Tartiere.
El Zamora, con la ventaja en el marcador, jugó más cómodo. No arriesgó. Cerró bien los espacios y se defendió con orden, pero sin falta de meterse de manera descarada en su propia área. Los azules volvieron a carecer de una salida clara de balón. Excesivos errores en los pases lastraron a un equipo que se veía impotente para progresar hacia el área rival con un mínimo de criterio.
Sin profundidad ni desborde, las ocasiones de los locales apenas aparecieron. Un disparo alto de Casares, a la salida de un córner botado por Manu Busto fue lo más destacado hasta que de nuevo Sergio García volvió a poner en evidencia a la zaga azul. El delantero zamorano les ganó la acción y de disparo raso establecía el 0-2 provocando las primeras protestas de la grada del Carlos Tartiere.
De aquí al final de la primera parte lo único reseñable por parte de los azules fue su primer disparo entre los tres palos, en una acción que remató Manu Busto tras un pase de Iván Rubio.
Cervero culminó la remontada con dos goles
El Oviedo cerraba la primera parte con un balance muy pobre para un equipo de sus aspiraciones, y el inicio de la segunda apenas aportó nada nuevo. Los oviedistas seguían mostrando sus carencias con la posesión del balón, mientras que al Zamora le hacía falta muy poco para poner en aprietos a la zaga local. Y así pudieron sentenciar el partido en el minuto 51, pero entonces Sergio García falló lo más fácil y solo ante Quintana envió el balón por encima del larguero.
Con el Oviedo desparecido, lo que tiene el fútbol, en dos minutos logró igualar el marcador. El primer tanto llegó en la primera jugada que elaboró en la zona de definición en los 59 minutos que se llevaban de partido. Una buena combinación entre Héctor Simón, Cervero y Manu Busto la culminó el cántabro batiendo a Sergio Sánchez, Apenas un minuto después, Cervero aprovechaba un rechace del guardameta zamorano, tras un disparo de Busto, para establecer el empate ante unos aficionados que no daban crédito a lo que estaban presenciando.
Con el empate el partido se abrió y el Oviedo sacó más provecho. Imprimió más intensidad al juego y tuvo mayor presencia ofensiva, aunque las ocasiones seguían siendo escasas.
A falta de once minutos para el final, el Oviedo consiguió ponerse por delante en el marcador en una jugada que inició Señé. Su remate pegó en un defensa zamorano y el rechace le cayó a Cervero que volvió a batir a Sergio Sánchez.
El Oviedo había sacado petróleo de un partido en el que los errores que cometió en la primera parte a punto estuvieron de costarle muy caro. De aquí el final el Oviedo aguantó bien las acometidas de un Zamora que lo intentó hasta agotar todas sus opciones.
Los tres puntos sumados a la heroica ponen punto final a una racha de tres partidos sin ganar, lo que de paso sirve a los azules para afianzarse en la zona de promoción. El marcador sonrió al Oviedo y fue lo único salvable del partido.


Granero: “Hemos conseguido una victoria de garra, coraje y apelando a la épica” 




-¿Qué le pasó al equipo en la primera mitad?
-Se pueden hacer muchos análisis y tiene muchas sensaciones porque nos podemos quedar primero con lo negativo y después con lo positivo. Ha sido una victoria de garra, coraje y apelando a la épica, y después de algunas modificaciones tácticas a las que el equipo ha respondido bien en un partido que no hacía presagiar lo que finalmente ha ocurrido.

-Cuando acabó la primera mitad y se reunió con los jugadores en el vestuario, ¿qué les comentó?
-Hemos tirado de lo anímico porque el equipo estaba fuera del partido, no encontraba el camino y las sensaciones eran negativas. El primer gol nos hizo mucho daño y no hemos entrado a gusto en el encuentro. Hemos intentado apelar a lo épico para que no nos fuéramos del partido. El equipo ha creído y ha intentado superar las dificultades, lo que añade un valor extra a la victoria. Se da un paso adelante por la forma.

-En la primera mitad cometieron algunos errores defensivos
-Sí, creo que el primer gol no hizo mucho daño y el equipo se ha ido tácticamente del partido. Estábamos muy desacertados. La gente tiene ganas, con una predisposición buena, pero ese gol nos dejó tocados. No me ha gustado nada la sensación que hemos dejado en la primera parte. En el descanso hemos corregido cosas y le hemos dado la vuelta al marcador. Me quedo con la reacción del equipo para remontar un partido que estaba muy difícil.

-¿Se planteó realizar algún cambio en la primera mitad?
-Preferí esperar porque veía la cosa muy mal. Quise darme tiempo porque estaba viendo lo mismo que veía la gente desde la grada. Quería tomar decisiones y cambiar el rumbo del partido, pero sin precipitarme.

-Los jugadores que saltaron desde el banquillo han dado frescura al equipo…
-Los cambios nos han dado presencia y nos han dado vida porque supieron entender muy bien la clase de partido que teníamos que jugar. Tanto los jugadores que han iniciado el partido como aquellos que han aparecido en la segunda parte tuvieron confianza para darle la vuelta al marcador y conseguir una victoria muy importante.

-¿Para cuándo se podrá ver el método Granero en el Real Oviedo?
-Es verdad que todo cambia genera incertidumbre y aquellos cambios sin las piezas idóneas puedan provocar cierta vulnerabilidad, aunque hay que reconocer que hemos sido más fuertes y poderosos tras el descanso. El equipo, con la misma intención de la primera parte, supo darle la vuelta al partido. Hay que ajustar cosas, sabemos que es complicado porque hay que retocar cosas que no nos gustaron con anterioridad, pero reconozco que es difícil darle un contenido diferente al equipo que ha venido utilizando. La segunda parte ha sido buena, con momentos de buen juego y con las ideas muy claras de cómo teníamos que jugar. La respuesta del equipo ha sido fantástica y hemos cambiado los silbidos del primer tiempo por los aplausos del segundo.

-Hubo un cambio notable en su equipo de una parte a otra…
-Ya he dicho que son sensaciones muy diferentes y acepto tanto los silbidos como los aplausos. Los chicos lo han intentado y han tenido intención. Al final la gente lo ha reconocido.

-Por último, ¿qué le ha parecido la labor llevada a cabo por Señé?
-No me gusta individualizar en los análisis, pero reconozco que las cosas que le he visto a Josep son cosas de jugador de fútbol con personalidad, buen manejo con los pies y que nos puede aportar cosas. Su salida se produjo en un momento importante y le dio un plus al partido, igual que el resto de los catorce futbolistas que esta tarde vistieron la camiseta del Real Oviedo.


FOTOGRAFIAS: Jose Luis Gonzalez       @josuarocf
TEXTOS: la Nueva España y El Comercio

lunes, 18 de marzo de 2013

Leganes-Real Oviedo

El nuevo entrenador del Real Oviedo, José Carlos Granero, no pudo estrenarse con victoria en su primer 
partido en el banquillo azul.



ALINEACIONES:
C.D. Leganés: Falcón; De la Vega, Víctor Gómez, Corona, Dani Gómez; Batres, Valleros (Alex Bernal, minuto 56), Aicart, Carlos Martínez; Oscar Vega (Fer Rubio, minuto 74) y Dioni (Jhon, minuto 86)
Real Oviedo: Orlando Quintana (Dani Barrio, minuto 319; David Fernández, Baquero, Mantovani, Cantero; Xavi Moré, Aitor Sanz, Héctor Simón, Casares (Iker Alegre, minuto 72); Manu Busto (Diego Cervero, minuto 62) y Pepe Díaz

ÁRBITRO:
Villena Contreras, perteneciente al comité castellano-manchego. Amonestó a los locales Falcón, De la Vega, Aicart, Batres, Corona, Fer Ruiz y Alex Bernal, y a los visitantes Javi Cantero, Aitor Sanz y Casares.

EL GOL:
1-0, minuto 78: Carlos Martínez, en el área pequeña

INCIDENCIAS:
Encuentro correspondiente a la vigésimo novena jornada del campeonato de Segunda B disputado en el estadio municipal de Butarque ante cerca de 4.000 espectadores. Presencia de seguidores azules en las gradas. Mañana fría. Césped irregular. El Real Oviedo vistió con su equipación negra por coincidencia de colores con el conjunto local. El consejero Pedro Zuazua y el secretario Antonio Mijares siguieron el partido desde el Palco Presidencial



Butarque sirvió de perfecto resumen del mal que afecta al Oviedo en las últimas semanas: la falta de convicción. Veáse como una cuestión de cabeza (exceso de motivación, quizás) o meramente física (el equipo ataca sin chispa), el caso es que la última media hora ante el Leganés mostró a un Oviedo aturdido, apagado. Lo que para el Oviedo era una obligación pesada como una losa para el Leganés tenía forma de regalo. El gol de Carlos Martínez resultó coherente con lo vivido en Butarque.
En el examen general de la temporada da la impresión de que al Oviedo le está faltando algo de espíritu aventurero. Dentro del desatino general de los últimos años, en el club azul siempre se han podido ver momentos de arrebatos futbolísticos, de buscar metas que parecían inalcanzables. Casi todas las experiencias acabaron con batacazo -así es este club-, pero la convicción de que al final el equipo podía lograr cualquier cosa se ha mantenido en propuestas tan antagónicas como las de Pichi Lucas y Pacheta, por poner dos ejemplos recientes.
Con el nuevo panorama social (marcha de Control Sport, ampliación de capital, llegada de Slim) es como si lo más difícil ya se hubiera logrado. Demasiados ojos en el césped, un peso difícil de digerir que elimina cualquier signo de alegría en el juego. Precisamente alegría es lo que le sobra al Leganés, un cazarrecompensas, un club que vive en el optimismo continuo.
Poco pudo hacer para cambiar el aspecto del equipo José Carlos Granero, el nuevo técnico. Quien busque en la mano del entrenador causas de la derrota correrá el riesgo de enjuiciar temerariamente. Su propuesta sí presentó algunos matices en el juego (algo más de posesión de balón -la mayor parte del tiempo en lugares intrascendentes- y una defensa más adelantada de lo normal) y en los nombres. Echando un vistazo a su primera alineación parece que su apuesta era algo así como un reclamo a la veteranía.
Uno de los nuevos, Orlando Quintana, se presentó para la afición azul. Sólo pudo hacerlo durante 30 minutos, hasta que un manotazo de Dioni lo dejó grogui. Cosas que sólo suceden en el Oviedo. Antes había tenido tiempo de salvar el primer gol del Lega con una parada de balonmano.

El Leganés sacó petróleo de una jugada embarullada
Dani Barrio saltó al campo en una compleja tesitura. Ha sido el portero titular de la temporada hasta la llegada de Granero y ahora le tocaba actuar como apagafuegos. El cambio en la portería fue asumido por el equipo con naturalidad.
El Oviedo se comportó durante toda la primera parte como si estuviera jugando una eliminatoria. Un empate en Butarque parecía una buena manera de ir creciendo en la autoestima. Las dos únicas aproximaciones llegaron en jugadas aisladas. En la primera, Moré hizo un autopase y puso un centro templado a la cabeza de Casares, que remató alto. Después, el propio Casares se internó por la izquierda, recortó y disparó raso para que Falcón desviara con el pie.
Los dos chispazos de los extremos fueron prácticamente su única aportación en la mañana de ayer. El Oviedo siempre se ha apoyado en las bandas cuando ha encontrado pocos argumentos a los que agarrarse. El día que los extremos no están finos, como ayer, las posibilidades de éxito menguan considerablemente.
Con todo, los de Granero alcanzaron el vestuario con la sensación de estar metidos en el partido. El Lega había dado más muestras de peligro, la mayoría a balón parado, pero daba la impresión de que el encuentro se desnivelaría en una jugada puntual. Eso, o que los dos equipos podían disputar decenas de encuentros seguidos empatando eternamente.
La segunda parte no fue muy diferente. El Oviedo se hizo aún más con el dominio del balón, algo engañoso, para ser sinceros. Busto tuvo su opción en una falta en una posición ideal, pero le faltó golpear con algo más de cariño. Dioni, el goleador del grupo, puso la réplica cinco minutos después. Barrio salvó con una mano firme su intento.
Decidió entonces Granero mover el banquillo, aunque con el «handicap» de que ya había gastado un cambio, el del lesionado Orlando. Cervero sustituyó a Busto justo cuando el equipo empezaba a desdibujarse sobre el césped. El Leganés, que pareció en todo momento encantado con la posibilidad de empatar, reconoció el terreno como el ideal para la conquista. Carlos Martínez fue el encargado de regalar a Granero su primera desilusión. El centro desde la banda no parecía revestir mayor peligro, como tampoco la situación del jugador pepinero en el área. Pero la confusión acabó con el balón dentro de la portería de Barrio. Un tanto muy de acuerdo con el partido.
El Oviedo esperó a los cinco minutos de la prolongación para intentar la heroicidad. Y no lo logró de milagro. Mantovani de improvisado delantero (Granero confesaría después que no era una orden del banquillo) pudo igualar en dos cabezazos. El primero se fue arriba y el segundo fue desviado por Falcón con acierto.
El árbitro señaló el final y Leganés siguió celebrando. Para el Oviedo significa una nueva desilusión en una temporada en la que las alegrías se alejan de la esfera deportiva. A Granero le quedan nueve partidos para que el Oviedo vuelva a recuperar la sonrisa. Lo necesita si quiere aspirar a metas mayores.


Carlos Granero: “A pesar del resultado de hoy sigo creyendo que somos favoritos a la primera plaza” 


-¿Con qué se queda de su estreno en el banquillo oviedista?
-Hubo muchas cosas positivas, pero la sensación que me queda es mala por la derrota. No puedo estar satisfecho, aunque extraiga algunas cosas positivas, pero para mí es una decepción.

-¿Se parece la versión de esta mañana con lo que usted espera del equipo?
-No, para nada, aunque creo que estuvimos en el partido durante mucho tiempo y sabíamos que había que meterle intensidad, con un ritmo de juego alto entre dos conjuntos van a estar arriba y sabíamos que iba a ser muy igualado, propio de la Segunda B. Quiero insistir en la idea de sacar el balón jugado, tener las líneas juntas e intentar aprovechar las segundas jugadas de Diego y Pepe, y desbordar más por bandas para tener una mejor llegada, pero es difícil. He visto algunas cosas que me han gustado pero el equipo me ha gustado menos a raíz del cambio de Cervero. Es cierto que el cambio de Orlando nos condicionó mucho, pero no quiero excusarme en ello. Hemos hablado en el descanso de que era un clásico partido de promoción en el que cualquier error te condena y en el gol nos hemos equivocado.

-¿Qué variantes se podrán observar el próximo sábado ante el Leganés?
-Solucionaría bastantes cosas, pero me quiero quedar con que lo hemos intentado hasta el último minuto y hemos estado en el partido en todo momento. Me guardo muchas cosas positivas, aunque es cierto que el resultado condiciona cualquier análisis. Hay aspectos muy buenos que tenemos que aprovechar. Estoy seguro que con la respuesta del equipo, una semana más de trabajo y el apoyo de nuestra gente, como hoy ha hecho la afición del Leganés, seguro que conseguiremos la victoria y nos levantaremos de este momento duro.

-¿Cree que al equipo le puede faltar algo en el apartado físico?
-Un equipo que quiere ascender tiene que mantener la intensidad durante los 90 minutos. La predisposición y voluntad del equipo ha sido buena, pero sea por lo que sea no me han gustado los últimos veinte minutos porque no hemos tenido el control.

-Sorprendió la presencia de Mantovani como delantero centro en los minutos finales
-No me ha gustado Mantovani de delantero; no ha sido una orden. Su presencia se produjo porque venía de una acción a balón parado porque arriba ya teníamos a Diego y Pepe. Su presencia fue algo puntual. Su remate final, quizá uno de los más importantes para nosotros, llegó en los minutos finales.

-Se le vio dialogar con los dos pivotes, ¿a qué fue debido?
-En algunos momentos del partido exigíamos a alguno de los pivotes a meterse atrás para crear juego. Queríamos que Manu ayudase a Héctor y Aitor. Estoy contento con el trabajo de Manu, un futbolista que con el balón nos ofrece cosas interesantes. Llevaba tiempo sin jugar y ha cumplido perfectamente.

-¿Sigue viendo al Real Oviedo como uno de los candidatos a la primera posición?
-Sí, no tengo ninguna duda. El Tenerife tiene que venir al Carlos Tartiere. Sigo creyendo que el Real Oviedo es favorito para el primer puesto,  ¿por qué no?. Ya he estado en este tipo de situaciones y mis equipos ganaron los últimos partidos de Liga…

-¿Contaba con este resultado?
-No, no contaba con esta derrota, sino que estaba convencido de que podíamos ganar. Desconocía la respuesta del equipo hasta el final y hoy me ha transmitido unas cosas al principio y otras al final. En el último arreón del partido tenemos que ser más contundentes. Sabíamos que era el partido, el qué teníamos que hacer y el cómo. Era el partido que nos podía impulsar y hemos venido con toda la ilusión, aunque éramos conscientes de que el Leganés es un gran equipo.

-Para acabar, le espera un duro trabajo durante la próxima semana
-Tengo que trabajar todos los aspectos durante todas las sesiones. El equipo está fastidiado, pero es consciente de que ha estado bien durante muchas fases del partido

FOTOGRAFIAS: NACHO FELGUEROSO   @NFELGUE





jueves, 14 de marzo de 2013

José Carlos GRANERO

 José Carlos Granero asume el reto de hacerse cargo del banquillo azul y reconoce que «todo lo que no sea ascender acarreará una carga de desilusión» 



ClubPaísAño
Novelda CFEspaña1999
Levante UDEspaña2001-2002
Gimnàstic de TarragonaEspaña2002-2003
Hércules CFEspaña2003-2004
Alicante CFEspaña2007-2009
SD PonferradinaEspaña2009-2011
Deportivo AlavésEspaña2011-2012
Real OviedoEspaña2013

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A José Carlos Granero nadie le podrá acusar de andarse por las ramas ni de falta de claridad. El valenciano viene a ascender al Oviedo y no hace falta ni que se lo pidan los consejeros del club. «No me han pedido nada, me lo acaba de decir ahora el presidente. Es que yo creo que no hay nada que pedir. Cuando uno se compromete con un club como el Oviedo sabe perfectamente a qué viene. Todo aquello que no sea el ascenso a Segunda, pues acarrea una carga de decepción. No es necesario que nadie me diga a qué he venido aquí, ni que me pida nada. Somos nosotros los que tenemos que ofrecer», dijo.

Tampoco había muchas dudas de lo que se pretende con el nuevo entrenador. Y es que al anterior, Félix Sarriugarte, se le despidió con el equipo en puestos de promoción de ascenso. Si no es suficiente con tener al equipo entre los cuatro primeros es porque se exige luchar por el primer puesto y acabar logrando el ascenso. «Había necesidad de nuevos retos, de nuevas personas que generen impulsos nuevos. El consejo ha entendido que el perfil más adecuado para afrontar estos diez últimos partidos, más los que no tengo duda que se jugarán del play-off, es el de una persona del carácter y del conocimiento de José Carlos Granero», confirmaba el presidente del Oviedo, Toni Fidalgo, en la presentación del nuevo técnico azul.
Como si recitara un manual de autoayuda, Granero explicaba que para él la presión no es algo negativo. Al contrario: «Depende cómo entienda cada uno la presión y de qué clase de presión hablemos. Nunca debe ser una presión negativa. Tiene que ser positiva. Nunca una amenaza, sino una oportunidad. Yo entiendo que éste es un proyecto precioso y es verdad que hay presión. Pero pertenecer a un caballo ganador como éste es algo que no nos debe pesar, más bien al contrario, es algo que nos debe motivar. Yo no lo llamo presión, lo llamo estímulo. Es excitante, es precioso. Lo que queremos los entrenadores, y los futbolistas de verdad, es estar en este tipo de proyectos».
A Félix Sarriugarte le ha matado la falta de conexión con la grada. Al vasco no le gustaba regalar los oídos a nadie diciendo que el Oviedo acabaría en primera posición ni mucho menos decir que el ascenso era obligatorio. Sabedor de eso y de que su futuro en el club azul va a estar ligado irremediablemente a que consiga o no el ascenso, a Granero no le ha importado complacer a los aficionados. «La ansiedad de la gente se acaba con un ascenso», decía el valenciano, para quien la urgencia histórica del Oviedo es algo «que hay que asumir» y que, insiste «se acaba y se calma consiguiendo el ascenso». Tras nombrar dos veces lo que Sarriugarte no se atrevió casi ni a pronunciar en los siete meses que estuvo al frente del equipo, Granero reculó un poco: «Al menos que nuestro socio, nuestro aficionado, se identifique con nosotros, que seamos capaces de transmitirles que estamos en la línea y que somos capaces de conseguir ese ascenso».
Nadie le ha exigido nada, comenzó anunciando Granero al comienzo de su presentación, pero sí que parece que le han pedido que se abstenga de buscar excusas, como la del estado del césped del Tartiere. «Está prohibido utilizarlo como excusa», decía el nuevo entrenador azul con una sonrisa y dirigiendo su mirada hacia Toni Fidalgo, para añadir que «fue una de las primeras cosas que me comentó el presidente. Vamos a esperar a que acaben las lluvias y mejore el estado del campo. Pero habrá que adaptarse al terreno de juego, nunca lo utilizaremos como excusa». La lección la tiene bien aprendida. A partir de ahora le toca convencer a los jugadores de lo buenos que son. Lo dice el propio Jose Carlos Granero: «Nuestro reto ahora es convencerles de que son los mejores».




El valenciano José Carlos Granero fue presentando ayer como nuevo entrenador del Real Oviedo. El técnico reconoció que la del club ovetense es «una oportunidad y un reto precioso al que nadie se puede negar». Sobre los objetivos dejó claro que «cuando uno se compromete con un club como es el Real Oviedo, ya sabe a qué viene». En su presentación, el técnico dejó claro a sus nuevos jugadores sus intenciones : «Quiero un equipo que gane y sepa competir».
El nuevo entrenador azul dirigió ayer las dos primeras sesiones del equipo, la matinal sobre la nieve que cubría las instalaciones de El Requexón y que condicionó el desarrollo de la misma. En ambas sesiones contó con los defensas del filial Chapi y Trabanco y el juvenil Sinchi.
Granero reconoció que el banquillo del Oviedo es «un reto precioso al que nadie se puede negar», aunque asume que está «condicionado a diez partidos y un 'play off 'de ascenso». En cualquier caso, dijo que nada más recibir la llamada aceptó el reto y se vio «como entrenador».
A la hora de hablar sobre el objetivo, el valenciano insistió en que «cuando uno se compromete con un club como es el Real Oviedo ya sabe a qué viene. Granero explicó que ya tiene experiencia en este tipo de situaciones, puesto que «no es la primera vez que afrontamos un reto como éste y sabemos que todo aquello que no sea ascender acarreará una carga de desilusión». Por ello, insistió en que «no es necesario que nadie me recuerde a qué he venido. Aquí y nadie me tiene que pedir nada porque somos nosotros los que tenemos que ofrecer».
Además, el nuevo entrenador no teme la presión que rodea al club «nunca tiene que ser una presión negativa, sino que tiene que ser positiva y hay que entenderlo como una oportunidad». Por ello, reiteró que el proyecto que asume es «precioso» y que «pertenecer a un caballo ganador como éste no nos debe pesar, sino que nos debe motivar. No lo llamo presión, sino estímulo porque estamos viviendo algo precioso».
Otro de los problemas del Oviedo es la urgencia del ascenso. José Carlos Granero lo tiene claro, porque «eso se acaba con un ascenso. Hay que convivir con ello. Cualquier profesional que se viste la camiseta del Real Oviedo tiene que saber convivir con ese estado de ánimo». El técnico aseguró que para conseguir ese reto es importante que «nuestra gente se sienta orgullosa de nosotros».
Respecto a la forma de jugar que pretende para el equipo, el entrenador lo tiene claro: «Quiero un equipo que gane y sepa competir porque la Segunda B es una categoría complicada y difícil. Hay que saber competir en todos los campos y tenemos que ser un equipo equilibrado a nivel defensivo y ofensivo y que se maneje en las acciones a balón parado. Quiero un equipo con letras mayúsculas, que sepa leer los partidos y que juegue a fútbol».
Finalmente, descartó utilizar el estado del césped del Carlos Tartiere como excusa, «aunque es verdad que estuvo mal los días del Salamanca y del Rayo B, pero el pasado domingo ya estuvo mejor. Vamos a esperar a que acaben las lluvias y adaptarse a él, pero nunca lo utilizaremos como excusa».
FOTOGRAFIAS: ZUREDA PRESS
TEXTOS:LA NUEVA ESPAÑA Y EL COMERCIO