jueves, 18 de octubre de 2012

Miguel Perez Cuesta "MICHU"


MICHU




El chico de las etiquetas


Pensándolo bien, al chico siempre le han perseguido las etiquetas. Así fue desde el principio. Con el equipo lanzado hacia el fútbol no profesional y rescatado a última hora de la desaparición, la afición se encontró ávida de nuevos ídolos. Los más recientes, con pies de barro, habrán desaparecido del imaginario oviedista en el fatídico 2003. ¿Qué mejor solución que mirar para El Requexón en busca de nuevas ilusiones?

Aquel muchacho rubio, con aspecto desgarbado y alto nivel competitivo llegó al primer equipo con la etiqueta de "símbolo del oviedismo". Su nombre de guerra, Michu, pronto caló en el Tartiere. Apenas le pesó sobre el terreno de juego el peso de la responsabilidad. Quizás sí fue contraproducente lejos del césped. Miguel Pérez Cuesta asumió con naturalidad el rol de símbolo. Aunque aquello portara algunas responsabilidades grandes, como rechazar una oferta del Madrid. Como decía, el precio de las etiquetas a veces es muy costoso.

Llegó el momento de dejar Oviedo. Su carrera deportiva no podía depender de un sueño romántico. El club azul no daba síntomas de mejora y Michu sabía que su paso al profesionalismo le empujaba por otros caminos. Aunque en el destino final siempre piense en el color azul. Llegó a Vigo donde le asaltó un nuevo prejuicio. Su nivel competitivo y garra en el terreno de juego le hizo aceptar sin problemas el rol de medio centro defensivo. El equipo lo agradeció pero sus condiciones no salieron a la luz con la misma fuerza que se intuía en sus inicios. La contención nunca ha sido el fuerte de un futbolista que muestra su mejor versión cuando cuenta con el elemento sorpresa.

Tuvo que ser en Vallecas donde explotara por fin. Para algunos demasiado tarde viendo los antecedentes. Al Rayo había llegado empujado por le último de los estigmas: Michu era el chico que había dejado escapar el tren a Primera. La historia es de sobra conocida: inconsciente para muchos, el último romántico para algunos. Así que al chaval no le quedo otra solución que hacerse él mismo el material y construirse su vía para llegar a la élite. Había dejado escapar el primer vagón para esperar al AVE, a partir de entonces su ascenso fue vertiginoso.

Llegó la explosión en Vallecas. Y los goles. Y las llamadas a la puerta de la selección. Y una permanencia dramática. Y las maletas otra vez hechas. Eligió Swansea por la insistencia de Laudrup en una decisión que algunos les pareció arriesgada. Dos meses después no hay duda: Michu es una de las referencias de la Premier. Con Oviedo siempre en el corazón: Lo de símbolo oviedista es la única etiqueta de la que aún no se ha desprendido.




TEXTO: NACHO AZPARREN    @NachoAzparren
FOTOGRAFIAS : JONÁS SÁNCHEZ    @Jonas_Sanchez

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