lunes, 24 de septiembre de 2012

SALAMANCA SE TIÑO DE AZUL

Dicen que es una locura… Pero es pasión

“corría el minuto 77 de juego, el Real Oviedo perdía 3-1, el salamanca tenia el balón, el juego y el resultado, pero el estadio Helmantico enmudecía por el grito Oviedista, solo se oía un OVIEDO-OVIEDO”






Dicen que es una locura… Pero es pasión.

Con esta estrofa de uno de los canticos que suenan en el fondo norte de la mano de SYMMACHIARII en la grada del Carlos Tartiere podríamos definir a esta afición, la del Real Oviedo, desde dos perspectivas bien distintas.

La del mero aficionado al futbol o no, que no tiene nada que ver con el Real Oviedo y toda su atmosfera que le rodea y piensa que seguir animando y respaldando a un equipo de segunda b con los gravísimos problemas que tiene el Real Oviedo, sobre todo a nivel económico y con los múltiples líos y problemas institucionales que envuelven al club en los últimos 12 años… esta seria la locura como diría cualquier persona ajena..

Pero lo vivido ayer en Salamanca, y vivido desde el seno de la afición, desde los cientos de aficionados desplazados y desde los miles que se quedaron en casa pero que día a día viven este club, precisamente como eso como un Pasión.

Locura y pasión, dos términos que en muchos ámbitos de la vida se rozan y se superponen, y que en el Real Oviedo llevamos mas de una década como sinónimos, y definición de lo que significa ser del Real Oviedo, es una locura seguir a este equipo, no haberse desenganchado después de todo lo vivido en los últimos años, no haber arrojado la toalla… sinceramente es una locura seguir aquí.

… pero es una pasión difícilmente descriptible si no se vive, que tuvo su reflejo este pasado fin de semana en Salamanca y como epilogo los 90 minutos que duro el encuentro contra UD Salamanca.
Lo vivido durante este fin de semana fiel reflejo de esta afición, una ciudad que desde el viernes noche fue poco a poco invadida, por una afición que como su equipo milita en la 2ºB pero de una categoría de primera, el sábado por la tarde la plaza mayor de la ciudad ya era un ir y venir de pequeños grupos de camisetas azules, canticos aislados, saludos desde la lejanía, y la reafirmación una vez mas, y creo que ya se ha perdido la cuenta en estos años, de una afición que esta sufriendo lo insufrible, vapuleada una y otra vez, noqueada sin descanso por el destino, y que una y otra vez antes de que la cuenta llegue a su limite se levanta con el mismo orgullo que la primera vez, que con el mismo valor y la misma garra vuelve a enfundarse una elástica destinada a unos pocos,  y toman la carretera para animar a un equipo de 2ºB, nuevamente para invadir una ciudad y teñirla de su color el azul.

El éxtasis llegaría el domingo, el día nublado, lluvioso hasta bien entrado el día, todo daba igual, la ciudad ya había sido tomada, la plaza mayor se teñía como en el pasado en primera de color azul, los canticos retumbaban en cualquier punto donde se alzase un oviedista, solo había un color, parecía nuevamente que el Oviedo jugaría en casa… una casa a algo mas de 350 kilómetros de distancia.

Y como no pudo ser de otra manera, para esta afición acostumbrada a los golpes, este llego tras la ilusión, tras el fin de semana azul y un domingo de esperanza, llego el golpe que todos los oviedistas en el fondo esperábamos cuando nos enteramos del empate del líder, cuando vimos la invasión azul en salamanca o cuando leímos que el conjunto charro no sabe si acabara la primera vuelta…. Quien mas quien menos pensó, estos nos ganan… y así fue, pero nuevamente donde este pensamiento desalentaría a cualquier afición … surgió la pasión de cientos de personas, y surgió una pasión que durante el partido paso por todas sus fases, de la alegría inicial, a la desesperación del que sabia que esto iba a ocurrir hasta transformarse en lo que mejor define a esta afición, dos palaras locura y pasión, la locura de animar durante 90 minutos y mas fuerte si cabe con el 3-1, la derrota y el mal juego palpable, y esta afición desde su pasión no cejo ni un solo minuto de animar, ni un solo segundo.

Dicen que es una Locura, Pero es pasión… lo único seguro es que esto se volverá a vivir el domingo en el Carlos Tartiere porque si hay algo que ha demostrado esta afición es que pese a los golpes siempre se levanta y con mas orgullo que en el primer momento, porque al fin y al cabo esto es una locura y una pasión. 










FOTOGRAFIAS: IGNACIO FELGUEROSO
TEXTO: IGNACIO SUAREZ

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