jueves, 22 de diciembre de 2011

A.BILBAO-REAL OVIEDO COPA DEL REY


El Real Oviedo se despide de la Copa del Rey con la cabeza alta 
 Athletic Club, 1; Real Oviedo, 0 

ALINEACIONES: 
Athletic Club: Iraizoz; Iraola, Javi Martínez, Amorebieta, Aurtenetxe; Iturraspe, Íñigo Pérez (San José, minuto 46); Susaeta (Ibai, minuto 57), Ander Herrera (David López, Muniain; y Toquero

Real Oviedo: Dani Barrio; Juanpa, Owona, Juanma (Negredo, minuto 75), Álvaro; Jandrín, Aitor Sanz, Pelayo (Manu Busto, minuto 78), Nano; Martins (Falcón, minuto 72) y Rubiato 



Que los defensas sean los jugadores más destacados del equipo rara vez puede ser una consecuencia de un buen partido. Lo preocupante es que esta circunstancia se viene repitiendo de forma demasiado habitual. Hace escasas fechas el propio Marcelo Bielsa reconoció, al hilo del debate sobre su posición, que Javi Martínez había sido el mejor león en los últimos partidos. Los laterales están siendo los protagonistas en la faceta realizadoras. Y ayer fue Amorebieta uno de los más inspirados.

Con Iñigo Pérez, Iturraspe, Herrera y Muniain, cuatro futbolistas con sobradas dotes para llevar la manija del juego rojiblanco, la responsabilidad de la creación recayó con demasiada frecuencia, especialmente en el primer tiempo, sobre el central nacido en Cantaura. El equipo rojiblanco, una vez más, se atascó ante un modesto que empezó a creer en sus opciones a partir de la incapacidad de los leones para generar ocasiones claras de peligro ante la portería defendida por Dani Barrio.

Solo hacía falta una mínima chispa para hacer saltar por los aires al vulnerable conjunto de Segunda B. Pero esta no surgió hasta la recta final del encuentro, en la primera jugada que le salió a Muniain. Tras 75 minutos sin claridad de ideas, el descarado delantero navarro se reencontró a sí mismo con un jugadón marca de la casa. Recogió una pelota en campo propio, sorteó a cuantos rivales se interpusieron en su camino antes de abrir con inteligencia a la derecha, donde esperaba Iraola para asistir a Herrera. Primera y única conexión plena entre los principales 'cerebros' del equipo; pero, afortunadamente, fue suficiente para liquidar la eliminatoria.
Al descanso sin pena ni gloria
Fue el oasis que dio vida a los leones un encuentro áspero. En la primera mitad hubo menos a lo que agarrarse. El equipo de Bielsa salió con ímpetu, pero la inspiración se agotó a los diez minutos. Los bilbaínos dejaron de intimidar. Y el Oviedo fue cogiendo alas.Le bastaba con una presión mínimamente ordenada para impedir la progresión del Athletic. La pelota volvía casi siempre a la defensa, desde donde Amorebieta trató de darle salida con balones largos para Toquero. Tampoco había más opciones. Al equipo le faltaba ritmo para desmontar el sencillo armazón asturiano.

La impotencia llevó al internacional venezolano a recorrer la banda izquierda hasta plantarse en el área en una de sus ya características arrancadas. Pero ni con esas. Fuera de su sitio, las limitaciones de Amorebieta hacen acto de presencia. Hubo que esperar al momento de inspiración de Muniain para sentenciar el cruce


 Mikel San José puso en valor lo conseguido por el Athletic: "Todos sabíamos que iba a ser una eliminatoria muy difícil. Se está viendo que los equipos de Segunda B están dando mucha guerra, incluso algunos han conseguido seguir adelante. Ha sido un partido feo, disputado y lo hemos sacado adelante. Ahora hay que disfrutar de la siguiente eliminatoria". El Oviedo, dos categorías inferior al Athletic, pagó el esfuerzo en el segundo tiempo: "El equipo ha dado la cara. Ellos han hecho su partido con un fútbol directo de pelea y garra. El equipo ha respondido, tal vez mejor en el segundo tiempo. Con el gol, además, se han venido abajo y se ha notado". San José no se atrevió a decir qué equipos prefiere para la siguiente ronda: "No tenemos preferencias. Diría que Albacete y Mirandés, pero han dejado en el camino a Atlético y Villarreal". Ander Herrera, por su parte, se congratulaba de haber accedido a la siguiente fase: "Hemos cumplido la misión en una competición que nos gusta mucho. Es una pena no haberlo hecho de una manera más holgada, pero hay que decir que enfrente hemos tenido un rival que ha estado a la altura de la historia y el escudo que defiende".



 Como para haber hecho experimentos con suplentes o meritorios. En eso pensó ayer noche San Mamés durante la mayor parte de un partido infumable que el Athletic solventó a un cuarto de hora del final con un gol de Herrera. 1-0, pase a octavos y gracias, habrá que decir, porque nada más merecieron los rojiblancos, espesos hasta la exasperación ante un Oviedo al que solo se le puede aplaudir por su actitud, su inteligente despliegue y su saber estar. En una noche copera de cuchillos largo para los equipos de Primera, al Athletic le provocaron los asturianos un largo dolor de cabeza que se trasladó a las gradas. Los que vinieron esperando goles y diversión el día de San Tomás deberán esperar a mejor ocasión. Los de Bielsa llevan más ajetreo que el baúl de la Piquer y necesitan un descanso. Ayer quedó muy claro.

Era difícil saber qué tipo de respuesta daría el Oviedo en San Mamés. Los asturianos son un equipo bravo e intenso, una proyección de lo que fue su entrenador en sus tiempos de futbolista, pero darle la vuelta a la eliminatoria en Bilbao era una gesta que requería de un grado de convencimiento tan espectacular que se antojaba fuera de sus posibilidades. Pues bien, bastaron unos segundos para comprender que había partido, lo que tardó en comprobarse la magnífica disposición táctica de los asturianos, tirando la línea defensiva hasta el centro del campo, jugando todos muy juntos y apoyándose bien en los balones largos para desactivar la presión rojiblanca. Una propuesta mucho más sugerente, desde luego, que la que han mostrado varios equipos de Primera en sus visitas a Bilbao. Al Athletic se le atragantó a las primeras de cambio.

Bielsa decidió jugar con tres centrales, uno de ellos Iturraspe, y dejó a Iñigo Pérez como medio centro. La idea era repetir la idea de juego del nuevo Carlos Tartiere, rompiendo por las bandas y buscando buenos desmarques en la defensa adelantada de los carbayones. Ni una cosa ni otra supo hacer el Athletic, espeso, inconstante y confundido. Las bandas fueron un erial. Susaeta apareció mucho menos que de costumbre y muy pocas veces pudo activarse su conexión con Iraola. En la izquierda, todavía era peor. Muniain lleva unos partidos muy fuera de forma, sin apenas chispa, algo que también se puede decir de Aurtenetxe, al que la acumulación de partidos le está pasando factura. Nada sacó el equipo de sus pocas incursiones.
Con los costados cerrados, sólo quedaba entrar por el centro. Y tampoco fue posible. Faltó precisión y pronto se echó de menos a De Marcos, su dinamismo, sus constantes rupturas, que ayer nadie intentó. Con ellas se ganó en Oviedo, donde el Athletic debió sentenciar. De haberlo hecho, el partido hubiera tenido otro cariz bien diferente. Al menos en el ánimo de los seguidores rojiblancos, que acabaron la primera parte con la mosca detrás de la oreja. Y con toda la razón. Su equipo no estaba jugando un pimiento y, aunque los de Pacheta tampoco inquietaban a Iraizoz, que sólo tuvo que intervenir con fundamento en un chut lejano de Juanpa al filo del descanso, el 0-0 no emanaba tranquilidad, precisamente. Sobre todo, pensando que el duelo no podía estar más igualado y la diferencia de categoría entre los dos equipos no se veía por ningún lado. Una mala señal en una tarde en la que modestos como el Córdoba, el Alcorcón, el Mirandés y el Albacete habían hecho una escabechina histórica merendándose, respectivamente, a Betis, Zaragoza, Villarreal y Atlético de Madrid. Vamos, que había que espabilar. Y mucho.
Así se vio en la primera jugada de la segunda parte, un soberbio disparo de Jandrín que se marchó fuera por poco y acabo de encender a los quinientos hinchas carbayones presentes en La Catedral, ya muy encendidos tras una larga jornada de Santo Tomás. Que Bielsa no se fiaba un pelo y no le estaba gustando nada lo que había visto se demostró con la salida de San José en lugar de Iñigo Pérez, un cambio que permitió adelantar a Iturraspe, más sólido en defensa que el navarro, a su posición natural. En el minuto 55, poco después de que Aurtenetxe estuviera a punto de hacer el 1-0 en un cabezazo, el rosarino quitó a un Susaeta ausente y dio entrada a Ibai Gómez.
El paisaje no cambió. El Athletic continuaba sufriendo mientras el Oviedo se agrandaba. Pocas veces se le ha visto al equipo de Bielsa más impreciso en el pase (Herrera estuvo fatal) y más abotargado en sus acciones. Pasaban los minutos y sólo a balón parado se conseguía crear algún peligro en la portería de Dani Barrio. San José y Toquero tuvieron cerca el gol, pero se les escapó. Al de Ariznabarra su cabezazo se le fue al larguero en el minuto 71. Todo seguía, pues, en el aire, cuando dos de los jugadores hasta entonces más acertados hasta entonces, Muniain y Herrera, acabaron firmando el 1-0 en un bonito contragolpe. Lo condujo el primero y, tras un apoyo en Ibai, lo terminó el segundo. Es lo que tiene el talento. Puede aparecer en cualquier momento. Ahí terminó un partido en el que la mejor noticia llegó cuando Teixeira Vitienes pitó el final.



 Pacheta: “Me marcho tremendamente orgulloso de mi equipo”




-Su equipo ha dejado una buena imagen en los dos partidos de la eliminatoria ante el Athletic Club 
-Veníamos a eso y creo que lo hemos conseguido. Me marcho tremendamente orgulloso de mi equipo, aunque hemos errado en algunas cosas que no solemos hacerlo, pero hemos estado intensos ante un rival como el Athletic, en un campo como San Mamés y ante unos jugadores que cuando uno de ellos se ha empeñado en ganar el partido, lo ha ganado: es un jugador excepcional. Pero tengo un jugador que reclama un empujón claro en esa jugada del gol.

-El Real Oviedo sale muy reforzado de este enfrentamiento ante el Athletic Club 
-Era evidente que nos íbamos a enfrentar a un rival muy poderoso. En Primera División posiblemente haya pocos equipos ahora mismo con la intensidad del Athletic y nosotros le hemos tuteado. Creo que ha sido un partido tácticamente perfecto por ambos equipos y que hay que analizarlo, verlo y estudiarlo. Ellos tienen mucha más velocidad que nosotros, pero hemos estado sumamente intensos y concentrados, y siempre metidos dentro de la eliminatoria. Hemos competido con mucha ilusión, calidad y claridad. Nos marchamos contentos y quiero agradecer a los aficionados que se desplazaron hasta Bilbao y que mañana tendrán que madrugar para irse a trabajar.

-Para acabar, el partido también era especial por aquello del enfrentamiento de Bielsa y usted en los banquillos 
-Estoy iniciando este y Marcelo es alguien a quien admiro, respeto y espero parecerme en un futuro en muchas cosas. Marca mucho a la gente que está alrededor de él. El equipo ha estado intenso y ha tenido sus opciones. Me marcho muy contento. 





La afición oviedista se hizo sentir en Bilbao desde primera hora de la mañana, ya que los 1.500 seguidores azules que se desplazaron a San Mamés dieron color azul a la capital vizcaína, que salvo pequeños incidentes aislados, les recibió bien y reinó la concordia entre las hinchadas. El encuentro coincidió con la celebración de Santo Tomás en Bilbao, lo que añadió carácter festivo a la jornada.

El principal problema fue para algunos de los aficionados que viajaron sin entrada, a los que el club vizcaíno no quiso despachar más localidades que las que se habían mandado a Oviedo: 627. En las taquillas se solicitaba el DNI a los aficionados para adquirir las entradas y no se vendían a los seguidores azules. Sin embargo, buen número de aficionados del Athletic se prestaron a retirar entradas para los seguidores azules.

Desde el club azul, Ángel Martín Vaca, realizó gestiones con el presidente del conjunto rojiblanco, Joseba Urrutia, que indicó que el responsable de seguridad del conjunto vasco era el que había tomado la decisión para evitar que aficionados del Oviedo ocuparan zonas del campo que no estuvieran acotadas. Finalmente, pocos minutos antes del inicio del encuentro pudieron acceder al campo la práctica totalidad de aficionados.


 Bilbao recibió al Oviedo en pleno ambiente festivo. La celebración de Santo Tomás llenó las calles del centro de bilbaínos dispuestos a aprovechar uno de los días grandes de su calendario y en ese escenario el oviedismo encontró el ambiente perfecto para disfrutar de una jornada que hizo olvidar, al menos por unas horas, las penurias deportivas que el equipo lleva arrastrando en la última década.

Las camisetas, las bufandas y las banderas azules compitieron con las rojiblancas del Athletic, típicas de los locales hosteleros de la capital vizcaína en días de partido. Los más de 1.000 seguidores oviedistas se dejaron notar y demostraron que, aunque el equipo compita en Segunda B, ellos siguen siendo de Primera.

Muchas peñas salieron bien temprano desde Oviedo. Fueron los viajes más masivos, pero otros aficionados se las tuvieron que ingeniar para no perderse una cita señalada en rojo en el calendario de partidos, por lejos que puedas estar de Bilbao.
Santiago Serrano llevaba desde el mes de septiembre en Atenas, con una beca Erasmus. “Esperé a saber el sorteo de Copa y la fechas de los partidos para sacar los billetes de vuelta a casa”, explicó ayer a las puertas de San Mamés. Su oviedismo ha conseguido traspasar fronteras y cada 15 días acude al campo del Panionios con su camiseta del Oviedo y su bufanda a ver los partidos del conjunto griego. “El fútbol es una pasión y por eso me hice socio de un equipo”, aunque nada se puede comparar con ver a sus futbolistas: “Tenía unas ganas enormes de volver al Oviedo y más en un escenario como éste”, quizás por eso “lo que menos me importa es el resultado final, sólo quiero que den una buena imagen y que demuestren que seguimos vivos”.
Miguel Noriega lleva cinco años trabajando en un hotel de Barcelona y ayer no tuvo dudas. “Cogí un avión hasta aquí y luego seguiré viaje por carretera hasta Oviedo”, el esfuerzo merece la pena, “soy oviedista hasta la muerte y cuando puedo ver un partido en directo no me importa el resultado y sí vivir el ambiente como el que hubo en la ida”, porque tampoco se perdió esa cita. Su ánimo estaba por las nubes a las puertas de La Catedral: “Confío en ganar 1-3, pero si perdemos tampoco pasa nada”.
Álvaro González Polledo trabaja en una empresa de recursos humanos en Santiago y tampoco faltó a la cita. “Tenía la posibilidad de viajar y no se puede perder la oportunidad de ver al Oviedo en San Mamés”. Al igual que a sus compañeros de equipo el resultado le parecía secundario, “nuestro objetivo está en la Liga y aquí venimos a disfrutar”.
Desde Madrid viajó Jaime Martínez, hijo del productor de cine asturiano Juan Gona, y desde Granada se sumó a la expedición Miguel Somoano.
Ellos son sólo algunos ejemplos de los seguidores azules que ayer disfrutaron de San Mamés. Otros se quedaron con las ganas y deberán esperar al final de la temporada para intentar viajar con el equipo en la fase de ascenso a Segunda A, donde verdaderamente el oviedismo quiere celebrar cosas.



Bielsa: "Jugando mal merecimos ganar y por un margen más amplio"



El entrenador del Athletic, Marcelo Bielsa, ha reconocido que no ha acabado "contento" del partido realizado por su equipo frente al Real Oviedo, aunque ha matizado que "jugando mal" han "merecido ganar" incluso "por un margen más amplio" que el 1-0 final. "No desconozco los méritos del rival ni el procedimiento que utilizó el Oviedo para desarrollar su propuesta, pero el no haber encontrado solución a esas dificultades lo enfoco más en nuestras limitaciones", ha explicado.

El técnico argentino ha admitido también que a sus jugadores "les costó emparejarse" a su rival en algunos "segmentos" del juego "como la fricción en el centro del campo", e incluso en el "entusiasmo" de los futbolistas del conjunto 'carbayón', y que no lograron imponer sus "cualidades técnicas" hasta que lo lograron. En ese sentido, Bielsa ha explicado que la entrada de San José en la segunda parte en lugar de Íñigo Pérez se debió a que en la primera parte los jugadores que "más pases dieron fueron los centrales". "Hubiera deseado un fútbol más aseado y más hilvanado. No lo pudimos imponer y tuvimos que adaptarnos a otro tipo de partido, legítimo pero no el que queríamos", ha explicado.


 Alguno creyó escuchar San Mateo donde otros decían Santo Tomás, santo festejado ayer en las calles de Bilbao. Otros pensaban estar en la calle Mon cuando en realidad transitaban la calle Ronda, en pleno casco histórico. Dio igual, el espíritu fue el mismo. La ocasión de enfrentarse en la Copa del Rey a un clásico de Primera como el Athletic de Bilbao era demasiado tentadora como para tomarse el duelo demasiado en serio. Más bien sonaba a recordatorio de que existieron tiempos mejores.

La afición del Athletic lo entendió a la primera. Daba igual que en el partido en el Tartiere se registraran accidentes aislados entre las aficiones más radicales. La calle Poza (una de las lecciones más valiosas de la afición bilbaína es que la calle es en realidad en singular, cuando todos mencionan la calle «Pozas») se llenó en las horas previas al partido de los colores azules y rojiblancos, todos al unísono entonando los mismos coros. Ya podía tratarse del «Volveremos» como del himno del Athletic; por supuesto no faltaron referencias al clásico «Alberto, ¡vete ya!». En todos casos, el canto se hacía notar.

Los hay que madrugaron para disfrutar de la fiesta bilbaína. Alguno creyó divisar a mitos recientes del oviedismo como Diego Cervero o Mario Prieto entonando cánticos desde primera hora de la mañana. Nadie lo confirmó. Quizás sólo fue producto del imaginario colectivo dispuesto a agarrarse a símbolos de la época más difícil del club azul.

Sí había socios con solera. No podía ser de otra forma en un escenario con el atractivo de San Mamés. Nicolás Serrano fue uno de ellos. Ataviado con una camiseta de Abel Xavier, su ídolo de la infancia, era optimista de cara al partido. «Daremos guerra. Eso seguro», pronunciaba una hora antes del choque influido por el positivo espíritu de Pacheta. Otros encontraban tiempo para los reproches. «No entiendo que no lleve a Abasolo. Éste era su partido», reclamaba con fuerza Guillermo Sánchez, declarado admirador de los jugadores que rebosan clase y talento. Como Paul.

La entrega a lo largo del partido demostró que la afición azul está deseosa de cotas mayores. Quizás jugar en el nuevo San Mamés no sea un sueño tan lejano como parece. El primer paso se decide en mayo.





Incidencias: Partido de vuelta de dieciseisavos de final de la Copa del Rey presenciado en San Mamés por unos 18.000 espectadores, entre ellos más de un millar de seguidores ovetenses. Noche fresca y terreno de juego en buenas 
condiciones.


FOTOGRAFIAS: JONÁS SÁNCHEZ

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